
Estás aprendiendo que la realidad
no está hecha a la medida de tu deseo,
como yo; y te enojas y protestas, como yo.
Y lloras porque de pronto un pájaro
-desmesurado e incomprensible-
ya no es todo tu cielo.
Y no basta con querer, para tener, la lluvia,
el mar, la teta suave y tibia derramándose
en tu boca.
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