
Ahora sueño.
Es la hora en que la luz suaviza
todo lo que toca y enternece al mundo.
A un mar que las recibe para adornarse
con sus cuerpos, absortos, tomados de las manos;
complacidos de ser y estar en este instante acuático,
irrepetible, único.
Complacido yo mismo de ver lo más precioso
del paisaje: esta luz, esta suavidad, esta ternura.
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