
Y piensan y sueñan y sienten y nombran por nosotros
y enarbolan banderas
y despliegan paisajes como consignas del tedio
no van a impedir el amor gratuito en las aceras
ni el impulso congénito de la carne
ni la fascinación del hermoso delirio
ni el certero aguijón de la palabra develada
ni el fuego hambriento de los que huyen del hambre
ni la destrucción de la cruz y sus innumerables astillas
ni la pasión del agua por su origen
ni la defenestración de la usura y su reino milenario.
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