
Junto a nosotros pasaba un hombre
solitario,lo supe por su inconfundible
gravedad de planeta. Lo llamé,
le dije cosas que he olvidado,
lo abracé y le entregué el lunar
más preciado de tu cuerpo.
Y la luna, y un perro y una niña
jugaban nuestro juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario